domingo, 5 de octubre de 2008

PABLO VALBUENA



Podríamos entender la sombra producida por el sol como la más primitiva forma de proyección que conocemos, y los relojes solares en Egipto o en Grecia como el origen de la proyección controlada. Con la aparición de fuentes de luz artificiales se empieza a desarrollar también el control de estás proyecciones, como ocurre en el teatro de sombras chino o en las fantasmagorías de los ilusionistas. En la historia reciente, el control de las fuentes de luz artificiales y su vinculación con la fotografía y posteriormente con el cine y la imagen en movimiento, han dado lugar a una multiplicación de las posibilidades que ofrecen los sistemas de proyección. Estas van desde la utilización de la luz como materia hasta la proyección de imagen en movimiento sobre superficies varias; edificios pantalla, investigaciones físicas sobre las cualidades de la luz o maneras de alterar la percepción visual a través del control lumínico.

Pablo Valbuena (Madrid, 1978) ha comenzado un periplo que le ha llevado a exponer en Singapur, Canadá, y en la pasada edición de ARCO. Su vinculación con Medialab Prado continúa en el grupo de investigación sobre luz, espacio y percepción que ha creado junto a Daniel Canogar y Julian Oliver.
Pablo Valbuena es uno de los más firmes valores del arte de hoy. Su trabajo se puede ver ahora en el exterior del Medialab, en la madrileña Plaza de las Letras, en una intervención titulada Entramado-Plaza de luz, una proyección de luz en movimiento que dialoga con la arquitectura del lugar.
Al oscurecer, tres proyectores bañan la plaza en una intensa luz blanca que marca sobre el espacio los perfiles y siluetas de su arquitectura. El pavimento, los árboles y sobre todo los bancos parecen haberse desmaterializado, porque lo que vemos frente a nosotros se parece mucho más a un gráfico por ordenador en blanco y negro y de baja resolución que a un espacio urbano. Si nos quedamos al menos un minuto, veremos cómo la luz continúa transformando el mobiliario, haciendo que los bancos parezcan a veces transparentes, y otras sólidos. Es como si la plaza se hubiese transformado en una simulación de sí misma dentro de un programa de diseño asistido por ordenador, la herramienta en la que los arquitectos conciben hoy las ciudades y edificios. José Luis DE VICENTE

Selección de obras




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